Por si no lo sabes, la sauna es un elemento esencial dentro de la cultura de los finlandeses. Durante siglos, ha sido una de las formas de higiene, en todos los sentidos (física y espiritual). Es más, hoy en día casi todo finlandés tiene una sauna en su casa. Para ellos, se ha convertido en una manera de vivir, en una tradición milenaria que todavía se sigue practicando.

Es más, “sauna” es una palabra finlandesa que se ha adaptado a casi todos los idiomas del mundo y se estima que solo en Finlandia existen cerca de 2 millones de saunas (la población finlandesa es de unos 5 millones de habitantes, es decir, hay 1 sauna por cada 3 habitantes). Eso nos indica la transcendencia que ha tenido este tipo de saunas y podemos acudir a una sauna seca o finlandesa en cualquier parte del mundo.

Tradición milenaria de la sauna finlandesa

La sauna finlandesa o seca existe desde hace ya miles de años y, en un principio, estuvo vinculada con la supervivencia en un clima típicamente frío. Se cuenta que, en sus inicios, constaba de un agujero abierto en la tierra, poner unas piedras y prender fuego para calentarlas. Una vez que estaban candentes, se les vertía agua para provocar el vapor y exhalarlo.

En un principio su objetivo era conseguir calor y un medio rudimentario para poder quitarse las prendas de ropa sin morir se de frío. Al vapor que sale de la sauna se le llama, desde hace más de 7 mil años, “löyly”.

Inclusión de la estufa en la sauna

Esta tradición milenaria sufrió su primer cambio importante durante los siglos V a VIII, cuando se comenzó a usar las saunas de madera, que eran cabañas de una única pieza cuyo interior se calentaba gracias al fuego y el vapor que formaba.

Su forma de calentar el ambiente era mediante una estufa de humo, una bóveda de piedras con el fuego en el interior y una cúpula redondeada donde se colocaban las piedras. Además, servía como fogón de la casa, por lo que funcionaba para la vivienda como para la sauna, aunque no para cocinar.  En el s. XI se comenzó a usar un horno para cocinar, con una cámara cerrada en la parte superior y un lugar delante para calentar recipientes. De esta forma, se constaba de dos fogones, uno para la vivienda y otro para la sauna, que poco a poco se separó de la función de cuarto de baño, aunque mantenía su aplicación en varias tareas domésticas.

Uso de estufas de ladrillo

A finales del s. XVIII aparecieron estufas cerradas de ladrillo, que eran más seguras que las abiertas (por su peligro de incendios). Las nuevas estufas disponían de 2-3 cámaras: bajo el fogón, en medio de las piedras y en la parte superior donde se producía el vapor.

Durante el s. XIX se generalizó el uso de las chimeneas amuralladas y con salida de vapor. Este último método permitió la construcción de saunas donde antes era impensable hacerlo. Por ejemplo, en las ciudades que tenían casas de madera con jardines para instalar la casita de sauna en el exterior.

A comienzos del s. XX, se comenzó la fabricación en serie de estufas con carcasa metálica y se perfeccionó hasta los años 30, cuando aparece la estufa de calefacción continua. Esto introducía la novedad de mantener el fuego encendido durante el baño y producir vapor mientras hubiera leña.

Como dato curioso, la sauna fue incluso llevada a la guerra: durante los conflictos contra la Unión Soviética, los finlandeses consiguieron reducir el número de bajas por enfermedades provocadas por la falta de higiene. Y todo porque disponían de saunas en tiendas de campaña.

Usos de la sauna como tradición milenaria

A lo largo de la tradición milenaria de la sauna seca, esta ha funcionado para multitud de usos, no solo para sudar, sino también por sus beneficios para la salud y otros.

Ritual de purificación 

Los baños de vapor se consideraban, para los primeros pobladores, un lugar de celebración de rituales de purificación antes de eventos importantes que afectaban a sus vidas, como el matrimonio.

Ritual para aliviar dolores y curar enfermedades 

El uso del calor húmedo envolvente que se producía al arrojar agua sobre las piedras calientes en un cuarto de madera era considerado un ritual. Desde miles de años era utilizado por los habitantes de la zona para aliviar, limpiar y calmar el dolor de los músculos y articulaciones tras una larga jornada de trabajo en el campo.

También era considerado un potente remedio antiséptico para curar ciertas enfermedades.

Las mujeres daban a luz 

Por increíble que parezca hoy, otro de los usos que se daba a los cuartos de sauna era la de funcionar como paritorio para dar a luz a niños. La explicación a esto es que, al estar las paredes cubiertas de hollín (remedio natural para eliminar bacterias), se consideraba el lugar más higiénico de la casa para que los niños nacieran.

Relaja los ánimos 

Uno de los motivos por lo que la sauna hoy es tan conocida es porque se ha convertido en un remedio ideal para calmar las tensiones y relajar la mente. Desde el inicio, era un lugar que invitaba a la meditación y la tranquilidad. Es más, estar en una sauna era sinónimo de acudir a un santuario, un lugar de recogimiento y silencio donde lo esencial era la educación y el respeto. Y eso sigue vigente hasta hoy.

Lugar de socialización 

Las saunas servían para tener reuniones diplomáticas y de negocios gracias a sus efectos relajantes. Se creía que las mejores decisiones y acuerdos se tomaban en un ambiente calmado y tranquilo. Por otro lado, los trabajadores que vivían en casas sin baños usaban las saunas para asearse, así como socializar y hablar con desconocidos en un ambiente relajado y cálido.

Ritual funerario

Las saunas no solo se consideraban que purificaban el cuerpo, sino también el alma. Por eso, no es de extrañar que los finlandeses hiciesen el proceso de lavar y purificar el cuerpo del difunto antes del entierro. Y esto es porque la sauna se consideraba el lugar más sagrado de la casa.

Cómo utilizan la sauna los finlandeses

Hoy puedes usar tu sauna solo por diversión, pero para los finlandeses consiste en todo un ritual lleno de tradición milenaria.

Para empezar la sauna tradicional se construye siempre de madera y con una estufa en el interior, ya sea un modelo de leña u otro tipo. Con un cazo (kauhu) se vierte agua sobre las piedras para conseguir vapor (löyly), que aumenta la sudoración. Incluso se puede utilizar una rama de abedul (vihta) para azotarse ligeramente, tras mojar la rama, para mejorar la circulación sanguínea.

Para un extranjero la costumbre de ir desnudo a la sauna puede verse como algo fuera de lugar y en un contexto sexual, pero no es visto así por los finlandeses. Es más, las saunas públicas no suelen ser mixtas y, si lo son, ofrecen una toalla para cubrirse. Ellos lo ven como algo natural.

Beneficios de la sauna finlandesa

Las saunas finlandesas pueden alcanzar hasta los 100ºC de temperatura y provoca la sudoración, que puede ser beneficioso para:

  • Ayuda a eliminar toxinas e impurezas, tanto en la piel como en el resto del organismo.
  • Ayuda en la recuperación y relajación de los músculos tras el ejercicio intenso. Por consiguiente, también alivia el dolor de articulaciones y musculares.
  • Mejora la respiración, puesto que con el vapor la mucosidad se disuelve y permite despejar las vías respiratorias.
  • Ayuda a la relajación del cuerpo, por lo que mejora los niveles de estrés y permite dormir mejor.

Por otro lado, no se recomienda la utilización de la sauna seca a aquellas personas que sufren enfermedades cardiovasculares, hipertensión, problemas en la coagulación o renales.

La sauna actual

Antes de que la tradición milenaria de las saunas pasase a ser algo común en viviendas, la sauna pública más antigua de Finlandia es la Sauna de Rajaportti en Tampere y, la más grande del mundo, en la Colina de Puijo, en Kuopio con capacidad para 60 personas. También se pueden encontrar saunas flotantes, en barcos, de hielo o en teleféricos.

Como recordatorio, la sauna seca puede alcanzar una temperatura entre 80 a 100ºC y con una humedad que no llega al 20%. Para conseguir los beneficios de activar la circulación de la sangre, se expone el cuerpo a una variación de temperatura, donde se alternan el frío y el calor. Una vez terminado el tiempo dentro de la sauna, seguidamente se introduce en una ducha de agua fría, en un lago o el mar para templar la temperatura del cuerpo.

Este funcionamiento, en general, se ha mantenido igual desde hace cientos de años.

Como has podido ver, la sauna finlandesa tiene toda una tradición milenaria que se ha mantenido hasta nuestros días, gracias a sus beneficios. Si buscas más información o quieres tu sauna para el hogar, contacta con nosotros.


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