Todo lo que debes saber sobre las saunas de vapor

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Desde sus orígenes, las saunas no solo han servido para mejorar la salud y aumentar el bienestar, sino también tenían un componente espiritual y social. Hoy en día, los motivos para usarse siguen siendo los mismos, aunque podemos encontrar diversos tipos de saunas, desde las secas o finlandesas, hasta las saunas de vapor o baños turcos.

Estos últimos tuvieron sus inicios en Turquía y han llegado hasta hoy para deleitarnos con sus beneficios a todos los niveles. En este artículo te vamos a contar todo lo que debes saber sobre las saunas de vapor.

¿Qué es una sauna de vapor o baño turco?

Las saunas de vapor, también denominadas saunas húmedas, baños turcos o saunas de Hamman, tienen su origen en una costumbre turca muy antigua.

Su principal característica es que en el interior se puede alcanzar hasta un 99% de humedad, por lo que genera un calor húmedo donde la temperatura no es uniforme, sino que va ascendiendo a medida que se sube en altura. Eso explica que tengas varios niveles estas saunas, donde en el suelo tenemos entre 20 25ºC, a metro y medio 40ºC y a la altura de la cabeza se puede llegar a los 50ºC.

Su sistema de funcionamiento es muy sencillo. Se calienta un material (madera, piedras volcánicas, etc.) a altas temperaturas y se echa agua para crear un vapor que cubra todo el habitáculo. Esto forma una niebla que no permite la sudoración del cuerpo, algo que si produce la sauna finlandesa.

El baño turco es totalmente hermético, por lo que la humedad generada casi llega al 100%.

Diferencia entre saunas secas y saunas de vapor

La principal diferencia entre las saunas secas y los baños de vapor eso el tipo de calor que se genera: húmedo o seco. Las saunas secas (finlandesas) proporcionan un calor seco, mientras que los baños de vapor transmiten un calor húmedo. Además, también tienen estas diferencias:

  • La temperatura de una sauna de vapor no excede de los 70ºC y es inferior a las saunas secas, que alcanzan hasta 90ºC de temperatura. Por lo tanto, la sauna húmeda genera menos calor.
  • La humedad en un baño de vapor es muy alta, llegando al 100% casi. Sin embargo, en las saunas finlandesas nunca supera el 20%.
  • En cuanto a la sudoración, se produce en menor medida en las saunas de vapor que en las secas.

La utilización de una u otra puede depender de los gustos del usuario. Aunque ambas cuentan con beneficios similares, si es cuestión de soportar tiempo en el interior, las saunas de vapor son la mejor opción gracias a la temperatura y la humedad. Además, las saunas húmedas son ideales en caso de congestión, sinusitis, alergias, etc.

Beneficios de las saunas de vapor o turcas

Tal y como sucede con la sauna finlandesa, la sauna turca tiene también beneficios para aquellas personas que la utilizan:

  • Aumenta el intercambio de oxígeno en los pulmones y el sistema bronquial, algo importante para el sistema respiratorio.
  • Es ideal para mejorar la circulación sanguínea, puesto que aumenta la cantidad de glóbulos rojos y activa el sistema circulatorio que también ayuda a relajar los músculos y a mejorar una mala circulación.
  • Regula el metabolismo, ya que se somete al cuerpo a una situación ambiental a la que no está acostumbrado. El organismo de manera óptima trabajará de forma acelerada para adaptarse al entorno.
  • Mejora la flexibilidad de las articulaciones y alivia las dolencias de las mismas.
  • Es un potente desintoxicante gracias a la eliminación de las toxinas mediante la sudoración del cuerpo. Esto mejora el aspecto de la piel y elimina los malos olores corporales.
  • Combate las afecciones respiratorias como son la congestión nasal, sinusitis, asma, alergias, entre otros.
  • Mejora la recuperación de los músculos tras un entrenamiento. Ayuda a sentirse mejor y descansar.
  • Proporciona un bienestar inmediato, ya que relaja ayudando a reducir el estrés y la ansiedad.
  • Retrasa el envejecimiento de la piel, ya que esta recibe mayor oxigenación y revitalización en los tejidos.
  • Ayuda a descansar y a dormir. El cuerpo en la sauna de vapor se relaja y elimina parte de los dolores provocados por el estrés, el trabajo y la tensión del día a día.

¿Quiénes deben usar las saunas de vapor?

La utilización de la sauna húmeda o baño turco es ideal para las personas que sufren las siguientes condiciones:

  • Dolores reumáticos, en articulaciones y alivia el dolor muscular.
  • Aquellas personas que sufren obstrucción de poros que da lugar al acné y eliminar cualquier impureza o toxina de la piel.
  • Personas que padecen insomnio, estrés, tensiones emocionales y laborales. Ayuda a relajar la mente y el cuerpo.
  • Quienes buscan fortalecer los músculos y relajarlos tras un intenso entrenamiento.
  • Personas que sufren problemas de circulación.
  • Quienes padezcan problemas respiratorios como el asma o las alergias y se puede añadir aromaterapia de eucalipto para mejorar los resultados.

Precauciones para usar la sauna turca

A la hora de disfrutar de un baño de vapor o sauna turca hay que tener presente que se acelera el ritmo cardiaco (llegar a duplicar) al someter al cuerpo a altas temperaturas. Por ello, no es recomendable para ancianos, embarazadas o personas que tengan problemas de salud como son cardiopatías o hipertensión.

Tampoco se recomienda el uso a personas con afecciones de la piel como dermatitis o problemas de vasodilatación (varices), las que padecen una enfermedad crónica respiratoria, epilepsia, anorexia o cólicos renales.

Aún así, ante la duda, es recomendable consultar con el médico antes de utilizar una sauna de vapor.

¿Qué hacer antes de usar la sauna turca?

Si acabamos de hacer una actividad física y deseamos utilizar la sauna de vapor, es conveniente descansar durante intervalos de tiempo entre 15–30 minutos para que la temperatura del cuerpo baje y evitar el temido golpe de calor.

Antes de entrar en la sauna, lo ideal es darse un baño con agua templada para acostumbrar al cuerpo cuando accedamos al interior, donde habrá una temperatura bastante alta.

De igual modo, no se recomienda entrar con hambre a una sauna turca, pero tampoco es bueno si se tiene el estómago lleno. Es mejor esperar al menos una hora tras la última ingesta de comida (sobre todo si ha sido copiosa). Por supuesto, tampoco hay que olvidar consumir líquidos, ya que el cuerpo se someterá a una leve deshidratación.

Ya sea antes o después de utilizar un baño turco o de vapor, es muy importante hidratar el cuerpo, es decir ingerir agua o similares que ayuden a compensar la pérdida de líquido que tendrá el organismo. De lo contrario, se puede producir la deshidratación y eso no es bueno. Aun así, cada persona es diferente y responde de manera distinta a una temperatura alta, por lo que es mejor pisar sobre seguro y tomar, al menos, entre 1 a 3 vasos de agua antes de acceder al baño de vapor.

¿Qué hacer dentro de la sauna de vapor?

Una vez dentro, la primera etapa es el calentamiento que dura unos 15-20 minutos. Dentro hay que estar atentos ante cualquier síntoma de malestar como mareos o pulsaciones altas. Esto podría indicar una variación de la presión arterial y es mejor abandonar la sauna.

Lo habitual es sentir, en un principio, sensación de fatiga o sofoco por respirar el vapor de agua, pero se pasa tras adaptarse el cuerpo. En esta etapa lo ideal es permanecer sentado o semi estirado, no de pie ni totalmente estirado. Así mismo, lo mejor es comenzar por los asientos más bajos para que el organismo se acostumbre al calor.

Dentro del baño turco también se puede añadir aromaterapia con aceites esenciales que tengan propiedades para estimular o relajar el cuerpo y la mente.

Tras 8-12 minutos es habitual que el cuerpo necesite un descanso, por lo que, pasado ese tiempo, se puede salir de la sauna para tomar el aire y bajar la temperatura del cuerpo. Las personas más avezadas pueden durar entre 15-20 minutos.

Antes de salir de la sauna finalmente, lo mejor es sentarse con los pies colgando en el banco para que la circulación se adapte a la postura vertical y levantarse, posteriormente, con un ritmo lento y pausado.

¿Qué hacer tras usar la sauna turca?

Al terminar la sesión de sauna a vapor, es bueno esperar unos segundos fuera para enfriar las vías respiratorias (aunque sin excederse para que el cuerpo no se resienta por el frío). Seguidamente, tomamos una ducha de agua fría y, al salir, beber agua o una bebida isotónica para recuperar líquidos y sales minerales perdidas en la sudoración. Y hasta aquí te hemos contado todo lo que tienes que saber sobre las saunas de vapor. En Sauna vital podrás encontrar el mejor modelo de sauna húmeda o baño turco que se adapte a tus necesidades y gustos. Contacta con nosotros para saber más.

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