No cabe duda que las saunas nos proporcionan bienestar físico y mental gracias a su sistema de funcionamiento mediante el uso del vapor y la temperatura. De hecho, cada vez más personas optan por usar las saunas como forma de mejorar su salud, relajarse y desconectar. Pero como todo elemento que se usa, es necesario que tengan unos cuidados básicos para mantenerlas limpias y que nos dure por más tiempo.
En Saunavital te contamos todo sobre los cuidados esenciales que hay que realizar para que nuestras saunas, independientemente de si somos empresa o particulares, se mantengan en buenas condiciones durante años.
¿Es necesario tener unos cuidados básicos en la sauna?
Generalmente, las saunas se destacan por estar fabricadas con materiales y elementos de gran calidad, muy seguros y sencillos de limpiar. Pero eso no quiere decir que no requiera un mínimo de cuidados básicos para que se mantenga como el primer día.
Una vez instalada la sauna, las tareas de mantenimiento pasan por una óptima limpieza y realizar revisiones periódicas para que funcione correctamente. Así mismo, en caso de necesitar una reparación o sustitución de una parte de la sauna, siempre es recomendable acudir a especialistas que aseguren el buen funcionamiento.
Cuidados básicos que ayudan a mantener la sauna en buen estado
Llevar a cabo los cuidados básicos en una sauna supone hacer un correcto uso de la misma. Por ejemplo, es recomendable poner una toalla en el banco antes de sentarnos o tumbarnos. De este modo, se evita que el sudor traspase la madera porosa y que esta se pueda estropear o acumular bacterias en su interior.
Sin embargo, existen más factores a tener en cuenta para lograr que la sauna sea un lugar 100% saludable y que también funcione perfectamente durante el máximo tiempo posible. Pero, para conseguirlo, es necesario llevar a cabo una limpieza y mantenimiento esencial.
Elegir correctamente los materiales y elementos de montaje
Es importante saber escoger bien entre una amplia variedad de materiales y accesorios que forman parte de la sauna, incluso elegir aquellas piezas de recambio si se produce una avería. Esto asegura un buen funcionamiento y la eficiencia de la sauna. Por ejemplo, cada calefactor requiere unas piezas determinadas, un tipo de válvula de ventilación y rejillas que puedan soportar el calor y la humedad.
Lijar las bancas una vez al año
Es recomendable que, una vez al año, lijemos las bancas con una lija fina para eliminar cualquier impureza que se pueda haber acumulado en el material a lo largo de todo ese tiempo, sí como suavizar nuevamente la superficie. Una vez terminado el lijado, la madera mantendrá un color natural como nuevo.
Eliminar el polvo y la suciedad
Antes de siquiera empezar una limpieza más profunda, lo aconsejable es retirar cualquier partícula suelta de suciedad que pueda estar en el suelo de la sauna o en los bancos. Para eliminarlas, se puede usar una aspiradora o una escoba para que la limpieza sea más efectiva.
Tenemos que recordar que es mejor hacer los cuidados básicos como la limpieza cuando el interior esté frío, seco y cada dos días para realizar un mantenimiento regular y conseguir que la sauna sigua funcionando correctamente.
Quitar las manchas
El siguiente paso al anterior punto es eliminar las manchas que puedan aparecer debido a la sudoración que impregna la madera, así como las de moho. La humedad es un caldo de cultivo de esta suciedad y, para evitar su aparición, es conveniente limpiar la sauna tras su uso.
Para ello, se puede emplear jabón neutro o alternativas naturales como es la combinación de bicarbonato de sodio o una solución de agua caliente y vinagre. Esto se aplica por todo el interior (bajo asientos, el suelo, cabeceras, etc.) frotando con un cepillo o esponja en el lugar donde aparezcan las manchas y, posteriormente, enjuagar con abundante agua.
Si no conseguimos eliminar las manchas, se puede lijar la misma con una lija de grano medio para no dañar la madera.
Desinfectar la sauna y las vías de ventilación
Dentro de los cuidados básicos, es esencial desinfectar el interior de la sauna para eliminar cualquier rastro de hongos, bacterias y microbios. Si el uso es asiduo, es conveniente realizarlo, al menos, una vez a la semana.
Aunque existen productos desinfectantes, muchos de ellos contienen amoníaco y otras sustancias que pueden dañar la madera e, incluso, a la persona. Por eso, lo recomendable es optar por recursos más naturales, como el zumo de limón. Para ello, exprimimos varios limones, frotamos todo el espacio con una esponja y, posteriormente, enjuagamos.
También es necesario desinfectar todos los conductos y rejillas de ventilación, puesto que también suelen contener bacterias y microbios y, de este modo, se mantendrá la circulación de aire limpio.
Limpiar y comprobar el estado de los calentadores
Es conveniente revisar, de vez en cuando, los calentadores y que estén en buen estado. Si la sauna emplea un calefactor de madera, tenemos que eliminar la ceniza para evitar su acumulación en el tubo de salida. Ya que, si no se elimina, se puede correr el riesgo de un incendio. En caso de que la sauna funcione mediante piedras, se aconseja la revisión cada 15 días y, si vemos que estas están dañadas, reemplazarlas rápidamente por otras.
Por el contrario, si el calefactor es eléctrico, su mantenimiento es menor, ya que no requiere de una revisión ni tampoco limpieza tan frecuente.
Echar la cantidad de agua idónea en el calefactor
Cuando la temperatura del interior de la sauna aumenta, es necesario echar el agua sobre las piedras calientes para conseguir, de esta forma, el nivel de humedad que queramos. Es recomendable que la cantidad de agua vertida en cada momento no exceda los 200 cl. y que se realice únicamente cuando las piedras estén totalmente calientes. Esto hará que el agua se evapore de forma correcta y evitando que el líquido caiga dentro del circuito eléctrico o la leña.
Añadir un aroma agradable
Si queremos terminar el mantenimiento con un buen aroma, tras la limpieza y desinfección podemos añadir aroma al ambiente con fragancias relajantes. Para ello, podemos diluir un poco de aceite esencial y frotar las paredes y el suelo del interior.
Aromas como la vainilla, el eucalipto, la menta y los cítricos son los más habituales. Esto potencia la sensación de un ambiente relajante y agradable para todos los que usen la sauna.
Sustituir las piedras
Debido a los contrastes de temperatura en el interior, lo habitual es que las piedras terminen por desintegrarse debido al uso. Por ello, si utilizamos la sauna entre 1 o 2 veces a la semana, es mejor cambiar las piedras una vez al año. Si la sauna es pública y funciona durante 10 a 12 horas al día, entonces las piedras hay que cambiarlas cada 7 meses.
De esta forma, se garantiza que el calentador funcione bien y evitamos el sobrecalentamiento. Así mismo, es esencial que las rocas estén bien colocadas para que el aire fluya de forma correcta a través del calefactor.
Calentar a la potencia idónea
Generalmente, una sauna tiene una temperatura correcta cuando se encuentra ente los 65 a 80 ºC en el interior. Al encender el calefactor por primera vez, es habitual que desprenda un fuerte olor que desaparece 45 minutos después cuando la temperatura es la adecuada.
Así mismo, es importante que, al encender la sauna, no haya ningún objeto que obstaculice o esté cerca del aparato para asegurar su correcto funcionamiento.
Mantenimiento de la instalación
Como cualquier construcción o composición de materiales, la sauna es posible que necesite pequeños retoques. Tenemos que asegurarnos de apretar cualquier tornillo suelto o limpiar las manchas de agua. Eso nos ayudará a no lamentar problemas posteriores y que el mantenimiento no suponga un mayor esfuerzo. De igual modo, si la sauna tiene una puerta de madera, la humedad la puede hinchar, por lo que hay que revisar que las bisagras puedan abrir y cerrar la puerta correctamente.
La importancia de elegir un buen servicio técnico postventa
Siempre es conveniente acudir a profesionales con gran experiencia y especialización en la instalación y reparación de saunas para mantenerlas en buenas condiciones y que puedan proporcionar, si es necesario, las piezas de recambio idóneas y de forma rápida.
Hay elementos que hay que revisar y sustituir de forma periódica para mantener un correcto funcionamiento de la sauna como son los calefactores, cuadros de control, válvulas, piedras, sustitución de azulejos y madera, mobiliario, entre otros.
En Saunavital contamos con un equipo de profesionales en la fabricación y cuidado de las saunas que garantizarán, no solo una instalación a medida, sino también un mantenimiento riguroso y de gran calidad. Además, en nuestras instalaciones tenemos todo tipo de componentes, piezas y materiales de repuesto que solucione cualquier problema.
Independientemente de eso, siempre es recomendable realizar unos cuidados básicos en la sauna para conseguir que se mantenga en buen estado. Si tienes cualquier duda, puedes contactar con nosotros sin compromiso.
Deja una respuesta